domingo, 4 de diciembre de 2016

¿Merece realmente mi amor?

La semana pasada, con motivo del Día internacional para la eliminación de la violencia contra la mujer (25 de Noviembre), utilicé este cuento de Jorge Bucay ("La princesa busca marido"), que me encantó. Me hizo caer en algo tan sencillo, y que a veces, puede que por un amor ciego, o un amor romántico, no vemos... y permanecemos ahí, ahí sufriendo. A veces esperando, confiando en nuevas promesas, iguales que las que no han cumplido y que nos han mantenido ahí hasta ahora.

Por supuesto que todas las relaciones tienen sus discusiones, puede que se hagan daño sin querer en algún momento, pero... ¿hacerse daño a propósito? Esto es algo que no puedo entender, y que justamente me ha pasado hace poco, y me ha dolido mucho, realmente en el corazón. Cuando hablo de sufrimiento no son cosas menores, de que no te tape con la manta cuando te quedes durmiendo en el sofá... que también es un gesto de cariño, pero hablo de cosas mayores, de cosas que pueden destruir realmente una relación, destruir la confianza, destruir a una persona.


Lo conocía de hace tiempo, pero no lo recordaba recientemente. Espero que lo disfruten.

Había una vez una princesa, que quería encontrar un esposo digno de ella, que la amase verdaderamente. Para lo cual puso una condición: elegiría marido entre todos los que fueran capaces de estar 365 días al lado del muro del palacio donde ella vivía, sin separarse ni un solo día. Se presentaron centenares, miles de pretendientes a la corona real. Pero claro al primer frío la mitad se fue, cuando empezaron los calores se fue la mitad de la otra mitad, cuando empezaron a gastarse los cojines y se terminó la comida, la mitad de la mitad de la mitad, también se fue. Habían empezado el primero de enero, cuando entró diciembre, empezaron de nuevo los fríos, y solamente quedó un joven.Todos los demás se habían ido, cansados, aburridos, pensando que ningún amor valía la pena. Solamente éste joven que había adorado a la princesa desde siempre, estaba allí, anclado en esa pared y ese muro, esperando pacientemente que pasaran los 365 días. La princesa que había despreciado a todos, cuando vio que este muchacho se quedaba empezó a mirarlo, pensando, que quizás ese hombre la quisiera de verdad. Lo había espiado en Octubre, había pasado frente a él en Noviembre, y en Diciembre, disfrazada de campesina le había dejado un poco de agua y un poco de comida, le había visto los ojos y se había dado cuenta de su mirada sincera. Entonces le había dicho al rey:
- Padre creo que finalmente vas a tener un casamiento, y que por fin vas a tener nietos, este es el hombre que de verdad me quiere.
El rey se había puesto contento y comenzó a prepararlo todo. La ceremonia, el banquete e incluso, le hizo saber al joven, a través de la guardia, que el primero de Enero, cuando se cumplieran los 365 días, lo esperaba en el palacio porque quería hablar con él. Todo estaba preparado, el pueblo estaba contento, todo el mundo esperaba ansiosamente el primero de Enero. El 31 de Diciembre, el día después de haber pasado las 364 noches y los 365 días allí, el joven se levantó del muro y se marchó. Fue hasta su casa y fue a ver a su madre, y ésta le dijo:
- Hijo querías tanto a la princesa, estuviste allí 364 noches, 365 días y el último día te fuiste. ¿Qué pasó?, ¿No pudiste aguantar un día más?
Y el hijo contestó:
- ¿Sabes madre? Me enteré que me había visto, me enteré que me había elegido, me enteré que le había dicho a su padre que se iba a casar conmigo y, a pesar de eso, no fue capaz de evitarme una sola noche de dolor, pudiendo hacerlo, no me evitó una sola noche de sufrimiento. Alguien que no es capaz de evitarte una noche de sufrimiento no merece de mi Amor, ¿verdad madre?
Y yo terminaba el cuento, así:

"Y la madre, que se quedó sin palabras, lo único que pudo hacer fue darle un abrazo muy muy fuerte a su hijo. Y colorín colorado, este cuento, se ha acabo". 

Comparto también un vídeo, pues cuentos como estos los podéis encontrar en formato "audiolibro".



 Si alguien que te quiere, o que dice que te quiere, no es capaz de evitarte 
ni una migajita de sufrimiento, esa persona, ¿realmente merece tu amor?
Y tú no tienes que terminar nada, porque en ese momento, ya está todo terminado.


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