jueves, 28 de agosto de 2014

¿A qué esperamos para ser felices?

Esta semana me he encontrado casualmente con varias imágenes relacionadas con la entrada que quería escribiros, sobre la reflexión que os pregunto. ¿A qué esperamos para ser felices?

A veces, de manera inconsciente, pensamos, "jo, si tuviera esta cosa... sería más feliz" (Llámese "esta cosa" un lavavajillas que nos haga la tarea de fregar más fácil, una criada que nos ayude con el trabajo de la casa, un coche nuevo, un barco, una televisión más grande, una piscina propia, un móvil más moderno, una casa en la playa, en la montaña, más dinero, un collar, algo de "marca", otro puesto de trabajo, etc.) Quizá todas estas están más ligadas a un tema económico o material, pero también nos cuestionamos sobre nuestro aspecto, sobre nuestra vida social, relaciones, etc. "Si fuese..." más alta, más bajo, más guapa, más jóven, más mayor, más lista, más delgado, etc. O incluso, "si tuviese..." pareja, hijos, otros vecinos, etc. ¿¿Y si todo eso no llegase nunca?? Entonces, ¿¿seríamos siempre infelices??

















Entonces, dos cosas nos desvelan la absurded de estos pensamientos que pueden generar frustración en nosotros:
1. Si algo no nos gusta, y podemos cambiarlo, cambiémoslo. ¡Vayamos a por lo queremos en lugar de quejarnos sólamente!
2. Si no podemos cambiarlo, aprendamos a aceptar la situación como es, y disfrutar de cada momento, porque el tiempo pasa, y debemos aprovechar lo que toca en cada momento de nuestra vida, con nuestras características, aceptándonos tal y como somos, con las personas que nos rodeen en ese instante, y el lugar donde estemos.

No digo que cierta ambición no sea buena en determinados momentos, cuando quieres avanzar en algo concreto. Hablo, de ser humilde, humano, y reconocer los pequeños éxitos, las buenas compañías, los buenos momentos, y no agobiarse con esas cuestiones que se alejan de la esencia de la vida, y que si, encima no podemos cambiar, nos crearán ansiedad y seremos infelices.

Aquí tenéis unas fotos y un artículo muy interesante, relacionado con la supuesta proporcionalidad de bienes materiales y felicidad de algunas familias. Fotos de Huang Qinghung sobre las posesiones

martes, 19 de agosto de 2014

Constancia

Siento mucho haber dejado un poco aparcado el blog estos meses... No es que estuviera haciendo nada interesante todo el tiempo... Me doy cuenta de que el tiempo se me ha ido escapando un poco... Pero bueno, también he disfrutado de unas vacaciones en familia, algunos encuentros enriquecedores, gratas compañías, y experiencias varias.

Me considero una persona responsable y aunque esto lo hago como hobbie, al igual que otras cosas, me "disgusto" conmigo misma, porque no quiero dejarlo y porque entiendo que he adquirido, por así decirlo, un compromiso, aunque no lo vea nadie, no importa, es una cuestión más personal.

Algo que me gustaría mejorar en mí misma, y que intentaré trabajar en otros campos, es la CONSTANCIA. Me doy cuenta de que es muy importante. Básica, para la mayoría de los proyectos vitales que tengamos, para lograr metas y objetivos. 


Normalmente encontramos muchas excusas para no hacer algo, que sabemos que tenemos que hacer, o que hacerlo o no, nos guste más o menos, es lo que nos vaya a llevar a la consecución o no de nuestros objetivos. (Nos decimos: hace calor, hace frío, tengo sueño, estoy cansado, lo hago más tarde, no pasa nada por un día, etc.)

O, también puede ser que nos entretengamos con otras cosas, que nos desvían de nuestro objetivo (relaciones, redes sociales, vida social)... por lo que, sin necesidad de anular nada, debemos tener claro nuestras prioridades y objetivos. 


Lo peor de todo, para mí, es cuando no te das cuenta de que todo eso está ocurriendo, y el tiempo se pasa como el agua se desliza por nuestros dedos... Cuando te quieres dar cuenta, has perdido la partida que habías empezado, o la has olvidado... :(







Por eso, porque siempre podemos darnos a nosotros mismos la oportunidad de volver a intentarlo, un nuevo impulso para continuar y hacerlo mejor día a día, de poner en marcha lo reflexionado, de ser constantes ;) , mando para todos energía para darnos cuenta y conseguir esa constancia, que nos llevará un poco más cerca de conseguir nuestros proyectos, objetivos y metas, y seguramente, estemos más contentos y felices con nosotros mismos, y con los resultados.



jueves, 6 de marzo de 2014

Donde nada es seguro...


¿Qué hacer si te encuentras un acantilado que destila amor y buenos deseos...?

Muchas veces es difícil encontrar las palabras más apropiadas para expresar lo que sentimos.
Para empezar, debemos tener claro lo que sentimos, y a veces es precisamente ahí donde radica el problema, cuando hay dudas.

Imaginariamente, para visualizarlo mejor, podríamos decir que vamos por una senda. Acostumbrados a ir por esa senda, aun con nuestros imprevistos, nuestras caídas, nuestros cansancios, nuestros ánimos, nuestras sorpresas, etc. seguimos en la dirección que espero, conscientemente en su mayoría, elegimos día a día. A veces, llevamos una compañía, y otras veces, otra, incluso, vamos andando ratitos a solas con nosotros mismos.

Esta senda no es un rumbo fijo, es decir, le van saliendo caminitos, atajos, cruces, ... por los que decidimos o no pasar, o bueno, a veces incluso con mayor o menor proporción de decisión propia. Y así, poco a poco, se va, o vamos, construyendo nuestro camino. Con lo cual, no sé hasta qué punto, tenemos tan sólo un camino marcado, sino que lo vamos haciendo, cada cual el suyo, personalizado.
Eso, por un lado.



Por otro lado, quería hablar de la locura y del miedo. Los cambios es cierto que son oportunidades, pero ¿cómo afrontamos esos cambios? ¿cómo nos preparamos para ellos, si es que podemos prepararnos, si acaso no son un giro inesperado de las circunstancias que nos rodean, e intentamos que no nos bloqueen?
Hablo de algo más allá del miedo al cambio, al salto (que ya hemos dado otras veces), de las dudas de tomar decisiones apropiadas o equivocadas, de cuestiones alejadas de la cobardía o la valentía. ¿Qué es más locura: saltar, o permanecer donde estamos?

Hablo de ir tranquilamente, pero no viendo la vida pasar, sino sabiendo firmemente por dónde pisas, eligiendo tus caminos, paso a paso, enfocando y apostando todo por tus objetivos, por tus metas, seguro de ti mismo, contento, cómodo... Y que de repente, te ronde un acantilado.

El mismo acantilado se aparece una y otra vez al ladito de tu camino. Al mirar hacia abajo, ese acantilado sólo tiene suaves, confortables, blanquitas y almidonadas almohadas, como si se tratase de un suelo de nubes preparado para ti, acompañado por una inmensa variedad de flores de colores, de agradables olores y música alegre, y sientes como que, si todo eso hirviese, seguramente saldrían evaporados miles de corazones rojos, como pompitas que flotan hacia arriba. Una imagen de lo más tierna, arropadora, que en principio transmite seguridad, confianza, cariño, acompañamiento, risas, ... una aparente felicidad prometida, algo muy atractivo. Pero, al no haber estado nunca tan cerca de un acantilado con ese contenido, por prometedor que sea, hay dudas. Muchas dudas. Y te preguntas... ¿qué habrá detrás de todas esas flores y almohadas?

No sólo por lo que habría que renunciar del resto del camino, pues ahí abajo (sin que eso suponga "bajar" ni "rebajar" nada, sino como algo metafórico) existen otras oportunidades y otros caminos que podría tomar, y con los que también ganaría experiencias y aprendería muchas cosas, probablemente. Si no, (además de tener que modificar parte de las decisiones actuales) entre otras cosas, por no estar segura de lo que vendrá. De no estar segura, de la opción que más feliz puede hacerme, intentando no dañar a nadie con ninguna de ellas.
Elijamos la opción que elijamos, siempre tendremos la duda de, ¿qué habría pasado si hubiese elegido la otra opción? Pero eso nunca lo podremos saber. Nunca, por muchas suposiciones que hagamos, serían sólo eso, suposiciones.

Si realmente supiésemos qué nos depara el futuro, si existen decisiones correctas o incorrectas, si todo dependiera de uno mismo, si pudiéramos adivinar cómo van a terminar las cosas... quizá dejaría de existir el curso "natural" de las cosas, el aprender con el tiempo de cada experiencia. ¿Quién compraría otro boleto, que no fuera el que saliese premiado? ¿Quién compraría algo que supiese que después de un tiempo le va a costar más barato? ¿Quién empezaría una relación sabiendo que va a terminar mal? ¿Quién entablaría una amistad que luego se transformase en tóxica? ¿Quién aceptaría un trabajo en el que luego lo tratasen mal? ¿Quién tomaría o hiciese algo que le pudiera ocasionar enfermedad? ¿Quién se embarcaría en un viaje si sospechase que puede morir en él?
Vale.... cierto es que algunas de esta cosas, aún sabiendo que nos pueden sentar mal, se hacen... (fumar, vida sedentaria, comer muchas grasas, etc.) Quizás no han sido muy buenos ejemplos, pero el de la lotería, si, eh?? O el de las amistades y relaciones.

No hablo de romper un estado de confort. Tampoco hablo, aunque pueda parecerlo, de tomar decisiones con la cabeza o con el corazón, porque el uno puede confundir al otro... creo, y por tanto debe de ser algo conjunto.

Hablo de que se nos presenten cosas que no nos habíamos planteado, cuando ya hemos estado trabajando y luchando por cada decisión tomada en el trascurso de esa senda, cosas con las que no contábamos, ni hubiéramos imaginado, y que ahora, podamos llegar a imaginar, y nos gusten, aunque nos cueste creer en ello...

Dudar de si el contenido de ese acantilado, no es más que una alucinación, como un oasis en mitad del desierto... (un oasis, o un acantilado, da igual, que nos puede cambiar la vida), ¡¡imaginaros un acantilado así apareciéndose cada "x" metros de nuestra senda!!... O si es algo real, por increíble que parezca, y nos quedaremos con las ganas de saltar... Dudar, de dónde se encuentra verdaderamente la felicidad... Dudar de si hay algo más seguro que la certeza de que lo seguro no existe... y hay que vivir con ese riesgo.



Como de momento, no puedo vislumbrar los acontecimientos y consecuencias de esas decisiones en mi futuro... (de ser así, en serio, yo haría lo de comprar el boleto que fuera a salir premiado), ahí están las dudas... pululando y ocupando espacio y tiempo, que podría invertir en otras cosas...



Y como broche final, a esta reflexión, "donde nada es seguro..."

 

martes, 18 de febrero de 2014

¿Preparados para vivir?

¿Cuántas veces hemos oído hablar de la locura que le da emoción a la vida? 
¿Cuántas veces de repente, nos da un bajón o un subidón en nuestro estado de ánimo? 
¿No os ha pasado que, cuando parece que vuestro rumbo es más o menos homogéneo, tranquilo,
ocurre algo, que nos trastoca, para bien o para mal, que nos hunde, nos hace llorar, 
nos hace correr, o nos ilusiona, nos hace explosionar de alegría?

Pues eso... la vida no es algo lineal. 
Al menos no, para quien se atreve a vivirla. 
Y me ha encantado cómo lo explica esta imagen, con la comparativa que pone ;)


Amig@s, 
os mando mucha energía para disfrutar y aprovechar todas las curvas que aparezcan en nuestro camino, todas las subidas y bajadas que nuestra montaña rusa nos ofrezca, 
para vivir plenamente la vida, con todos sus altibajos. 
Un beso. 

sábado, 8 de febrero de 2014

Perdí mis alas por un trozo de papel...

Aunque he empezado el año nuevo con algunos cambios e ilusiones... ahora mismo me encuentro un tanto triste... :( Todos tenemos nuestros tiempos, nuestros espacios, y nuestros momentos...
Dentro de esta inesperada e inexplicable tristeza desbordante que siento, acompañada por cansancio, busco alimento de letras que acompañen este estado de ánimo, transformándolas como solemos hacer, en lo que queremos oír, con nuestra subjetividad.
Éstas estrofas en especial, las querría compartir ;)

"porque del cielo hace ya mucho que bajé...
Cambié mis alas por un trozo de papel
para escribirte que por qué ya no venias
a visitarme como antes solías hacer...
Y al ver que no me respondías,
borré mi nombre de la lista de Yahvé,
le di mi fuego al cielo para no volver...
Fue entonces cuando comprendía
que ya había muerto y comprendí
por qué no servia ya de nada el escribir
las cartas que yo te escribía,
las cartas que yo te escribía...

Perdí mis alas por un trozo de papel,
me convertí en tormenta y muerto me quedé,
me convertí en tormenta y muerto me quedé...
Sin cielo y sin respuesta,
me arrepentiré.
Sin cielo y sin respuesta...
Me arrepentiré...
Perder mis alas por un trozo de papel,
perder mis alas por un trozo de papel...

Fuimos ángeles en aquel tiempo,
con alas fabricadas del barro de las calles
y el corazón estrujado entre las manos.
Pronto el infierno vino a la fecha
y consiguió pudrir nuestra sonrisa.
Comprendimos, que la única arma que nos quedaba
era no creer en vuestra enrevesada farsa.

Ahora nuestro interior esta lleno de tinieblas.
Ya no podéis matarnos...
¡ Ya estamos muertos !"


Extracto de "Desesperación", de Todo o Nada.