domingo, 1 de septiembre de 2013

"Me ha devuelto usted de más"

¡¡Bienvenido Septiembre!!
He empezado el mes encontrando trabajo, ¡¡y eso es una alegría!! Aprendiendo todavía los "gajes y costumbres" del oficio en cuestión, en el sector servicios, he podido vivir ya, en tan pocos días, algunas situaciones que estaba deseando compartirlas, por lo particulares que han sido. Este sector es algo totalmente nuevo para mí, pero creo que me estoy adaptando rápido. Hay que adaptarse a los cambios para sobrevivir...
El tercer o cuarto día, dí el cambio mal a un señor. Él había comprado algo, y yo le cobré, pero le devolví más dinero del que le debería haber dado. Se fue, y probablemente no volveríamos a vernos. Ni siquiera podría reconocer su cara aunque sólo hubiera tres personas en la misma habitación. No nos unía ningún tipo de relación ni compromiso, ni personal ni profesional, ni nada. 
Al buen rato de irse del lugar, el señor volvió a entrar y se dirigió a mí. Quizá, hubiera salido de la tienda, e incluso puede que hubiera caminado alguna distancia, cuando, se dio cuenta de que yo me había equivocado, y gracias a ese error, él tenía más dinero del que debía tener. En lugar de pararse a pensar, "voy a aprovecharlo", o "si lo tengo es porque quizá deba de ser así y punto", o "mira qué tonta es esta chica que no sabe ni lo que me ha dado...", el hombre, lo que hizo fue regresar a la tienda. Se dirigió hacia mí, y con toda la educación del mundo, me dijo "chica, mira, perdona, pero creo que te has equivocado. Me has dado de más. Esto es tuyo". Además de por ser lo más justo, él se había planteado que era posible que más tarde alguien se enfadase conmigo si descubría mi equivocación, y no quería que me riñeran. 
Yo, totalmente sorprendida, ya no por el hecho de devolvérmelo, sino por el hecho de regresar, por su bondad, por su humildad, por ese gesto tan digno, le dije: "Qué buena persona es usted"
A lo que él me contestó: "No señorita. No soy buena persona. Soy evangelista." Y me dejó sin palabras. 
No conozco del todo la filosofía o la religión de los evangelistas. Pero estoy segura de que ese hombre, era y es una buena persona. Y que, sea partidario, o seguidor, o creyente... de la religión que sea, o de ninguna religión, del país que sea, de la cultura que sea... es buena persona, independientemente de todo. ¡Quién lo hubiera pensado! Hay buenas personas por todo el mundo, y las encontramos en pequeños gestos donde menos lo imaginamos. ¿¿Vosotr@s lo hubiérais hecho??

No hay comentarios:

Publicar un comentario