Creo que tod@s necesitamos nuestros raticos en solitario, ideales para reflexionar, escuchar el silencio, escucharnos a nosotros mismos, poner en orden nuestras ideas, dejar aflorar y fluir todo lo que llevamos dentro, desconectar, ... Aparte de la necesidad o el bien que hace disfrutar de un pequeño tiempo a diario para un@ mism@ (aunque algunas personas no lo entiendan o no lo practiquen), siempre he encontrado un encanto especial a esos ratos.
A veces han sido buscados (la mayoría) y otros, simplemente encontrados, independientemente de haber tenido pareja o no. En esos "kit-kat" disfruto de esa soledad, tan amarga para algun@s, que a mí me hacían sentir más mística y quizá más romántica, incluso creativa. Pero, el cuento cambia cuando no son tantos los ratos que buscas, como los que encuentras; cuando no son unos ratos seleccionados para "estar en soledad", sino que poco a poco, esa soledad va ganando terreno y espacio en tus días... Y porque un rato en solitario, en el que estás solo/a, pero puedes no sentirte solo/a, no es lo mismo que sentir la soledad...
Pero creo que incluso es más triste sentir esa soledad cuando en teoría tienes a alguien en tu vida, a ese alguien que te da seguridad, confianza, equilibrio, alegría, etc. y sin embargo, te sientes solo/a. Quizá, esto ocurra cuando esa persona, ya no te da esas cosas, o no sientes que te las dé, o todo se empapa de rutinas, malos entendidos, desequilibrios, desesperanzas, desilusiones e incomprensiones. No sé...
La cuestión es, que cuando esa soledad perdura, ( tengas o no a una persona al lado) se hace crónica, o se agranda tanto que nos hace sentir diminutos en un lugar oscuro y frío, nos pesa, y por las noches nos desarropa, nos destapa, nos desvela, como si se sentara al lado para contarnos un cuento triste, a veces, desespera tanto a las personas, que creo que se toman decisiones precipitadas, inapropiadas, en un intento desesperado de rellenar ese hueco del colchón, de recibir un poco de cariño... De quitar ese "miedo" a la soledad tan arraigado y tan extendido en el ser humano... Incluso hay gente que se siente una víctima y así lo hace saber también al resto del mundo contando sus penas... (¿por qué no compartimos las alegrías, en lugar de tanta pena?)
Estoy viendo, como si desde una vista de pájaro se tratase, ahora que "he salido de mi cascarón", que en el mundo, aunque lo hay, todavía faltan muchas acciones de cariño en las vidas de las personas. Que no me gusta ese estado permanente de soledad, si no se trata de una soledad romántica. Que "que la soledad inunde las calles y tiña de gris los corazones, que haga decaer los ánimos y las sonrisas de las personas" no sea más que alguna frase de un drama en una novela, o en una película, o en una canción... y no algo del mundo real. Que paren las borracheras "por la soledad", los suicidios, las caras tristes, ...
Que siempre tendremos un manojillo de amig@s a nuestro lado, a alguien de nuestra familia que nos apoye, incluso a algún desconocido/a (que no es más que un conocido en potencia por conocer) que nos mimen, y obviamente, a quien mimar, que es lo que también nos hace sentir bien... Y no pensar en lo que podremos recibir o no, sino simplemente disfrutar de la alegría de poder dar... Que gracias a Dios, aún el cariño, en principio, no se cobra, ni se vende. Es gratis. Y en tiempos de crisis, (o precisamente por eso, aún más), todavía puede darse, aunque no haya alegría a raudales, el cariño, es necesario.
Disfrutemos de esos momentos de soledad si nos sirven para dar la bienvenida a las musas y transformarla en algo productivo.
Seamos conscientes de que, lamentablemente, no nos ocurre a uno mismo y ya está. Que los demás también pueden sentirla, y no por eso es obligatorio llenarla con lo más común, como pensamos que se deja de sentir ese frío... tomando decisiones precipitadas, confundiendo sentimientos y pensamientos, llamados en ocasiones por la desesperación... sino siendo conscientes, coherentes, racionales y lógicos, aunque en algunos estados emocionales todo esto no esté presente...
Y hagamos ese pequeño esfuerzo de, siendo comprensivos e incluso amables con nosotros mismos, aportar nuestro granito de alegría o positivismo en los días que compartimos con el resto de la humanidad. ;)
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