sábado, 9 de marzo de 2013

Agua y luz

Estos días está lloviendo bastante.
No aprovecharé este momento para hablar de lo que nos puede transmitir la lluvia, cómo nos puede hacer sentir, qué emociones nos sugiere, etc.
Simplemente, compartiré con vosotros un par de experiencias vividas ayer y hoy, que tratan, sobretodo, a mi modo de entender las cosas, de las curiosas coincidencias, o bien del "destino". De cómo la "magia" toca nuestras vidas, une momentos, y aparece cuando menos lo esperamos, asombrándonos, dejándonos boquiabiertos o provocándonos una sonrisa, en algunos casos.... Sé que este misterio tiene un nombre, lo he leído en algún sitio, pero no lo recuerdo... Os agradecería mucho, si lo sabéis, que comentárais sobre el tema.

También, de cómo la música influye no sólo en nuestro estado de ánimo, sino que tiene su propio don de la oportunidad para "alumbrarnos" de una manera especial.

1. Ayer por la tarde, ya anochecido, 20:00 h., hora punta de salida de muchos trabajos, preparada para comenzar un viaje, estaba lloviendo a cántaros. LLuvia, noche, ruido, estrés, tráfico, ... todo un poco gris... Y suena en el coche esto: "Lloverá y yo veré, la lluvia caer..."  :)  Con el ritmillo que tienen estos músicos, cualquiera se resiste a sonreír y mover un poco los hombros al compás, jeje. En ese momento, mi coche se convirtió en un bunquer de colores lleno de felicidad y buen rollito, infranqueable por la lluvia y por la gente gris correprisas de alrededor.


2. Esta mañana, ya de día, seguía lloviendo por la carretera, con las molestas salpicaduras de los vehículos de delante. Llovía, paraba, chispeaba... Y cuando tomo una curva a la derecha, al arrodear, ahí estaba... Aparece medio arcoiris. Observo que una furgoneta de empresa, estaba parada en una explanada. Su conductor se había bajado para fotografiar esa imagen. "Qué tierno..." pensé "Yo también lo haría", sonreí. Pero debía seguir mi camino, no quería retrasarme y llegar tarde a una reunión que tenía. Volví a poner mi mirada en la carretera. Unos segundos más tarde, cuando regresé a buscar el arcoiris, había desaparecido. Estaba cubierto por una enorme y glotona nube gris, que se lo había zampado en un descuido. Ocupaba toda la carretera, de lado a lado, se extendía como un flan cuando se derrumba, invadiendo de oscuridad metro a metro por donde pasaba. Se veía esponjosa, pomposa, señorial,... Me hacía sentir hasta pequeña... Y por esas casualidades de la vida, llega un cambio de rasante, que me hace subir como si fuera a penetrar en ella, a tocarla, a meterme misteriosamente en su algodón de negrura... Llego a la cumbre, y... ¡¡adivinad!! Esa nube estaba por encima, superficial, y desde el anterior punto de vista no podía ver la majestuosidad que había debajo... Justo en ese preciso instante, en el que reconozco lo que es, mis párpados se abren alucinados, y suena una frase que no podría ser más idónea: "buscando un arcoiris infinito" de una voz conocida... Entonces, un escalofrío inesperado por la emoción, recorrió mi cuerpo, sin soltar el volante pero sin perder la atención de aquella obra de la naturaleza. Allí estaba... ¡¡un arcoiris completo!! Centradito, distinguiendo bien todos sus colores, maravillosamente grande, brillando como si de una metáfora se tratase, tras ese nubarrón...

Aunque no podáis sentir mis mismas sensaciones, os dejo las canciones para que las disfrutéis.
Feliz semana pasadita por agua. 

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