sábado, 24 de diciembre de 2016

Felices fiestas, aunque bastante tristes...

Quizás, y puede que sea mucho suponer, todas las personas, las familias, cuando se reúnen alrededor de una mesa para cenar en estas fechas, dan gracias por los alimentos que van a comer, o por los momentos que van a compartir, o por tener un techo en estas noches frías, etc. (tradición que no es sólo religiosa, o cristiana, sino simplemente un agradecimiento, un reconocimiento o un recordatorio de lo afortunados que somos, a nivel personal, o incluso a través de otras corrientes quizá se me ocurre que podría tener que ver con el yoga también, lo de ser agradecido entre otras cosas) y vienen a la cabeza imágenes de personas sin hogar, personas que cenarán en comedores sociales, o personas que aún teniendo dinero cenarán solas, personas que no tienen familia o amigos con quien compartir estos momentos, etc. Además por supuesto, de acordarnos de las personas que fallecieron, y también de las que están lejos, como es mi caso. 
Pero, este año, me resulta especialmente triste. Y no lo comento como una hipocresía, ni por echar nada en cara a nadie, sino tal vez, sea falta de empatía, de sensibilidad... no sé. Siento pena, rabia, injusticia, impotencia... 
Este año, que sin saber exactamente lo que está pasando, sabemos que hay personas, familias, ciudades, que están siendo bombardeadas, destruídas, ... personas, que podríamos ser cualquiera, nos podría ocurrir a cualquiera, y tendríamos que salir huyendo de nuestros propios hogares, de nuestra propia tierra, ... a refugiarnos donde nos acogieran. Si es que nos acogiesen en algún sitio, en algún otro país. Pero como no nos ocurre a nosotros... Ni a nosotros, ni a los que tienen más poder para poder hacer algo, que eso cambie. Día a día mueren inocentes, en una batalla o en unos bombardeos que ellos no han votado, no han elegido, no han ordenado, no quieren... Hablo de los lugares donde están en guerra, de Aleppo, de Siria... ¿cómo estarán ellos viviendo estos días? ¿Seguirán viviendo?

Quería compartir con vosotros esta imagen:



Es Madrid, Sol abarrotado por personas, la mayoría de ellas de compras navideñas, y todo tan decorado. Estamos en alerta por si hay un atentado terrorista, debido al número de personas que allí se concentran, al igual que en el mercado de Berlín hace unos días. 
Hemos salido a la calle a disfrutar de las vacaciones, a compartir con la familia, a comprar regalos... pero yo quiero recordar también esa imagen, esa plaza, tomada por el pueblo, por personas de todos los lugares de España, que no quisieron permanecer callados e impasibles ante las injusticias. (Conocido también como 15M). Seguramente lo económico, como dicen, el bolsillo sea lo que más duele. Pero, los derechos humanos, ¿no duelen lo bastante como para volver a salir a la calle? ¿O pedir firmas, o algo?

Mi deseo de estas Navidades, es que nunca dejemos de protestar por lo que nos parezca injusto. Que nunca nos quedemos impasibles ante la violación de los derechos humanos. Que volvamos a intentar gritar aunque intenten callar nuestras voces. Que sintamos empatía aunque no nos ocurra a nosotros. Que seamos lo suficientemente sensibles, inteligentes y valientes, para defender a los que por alguna situación, se encuentren indefensos

Y dicho esto, por supuesto, aparte de pensar, y buscar cómo actuar, disfrutemos de los momentos que (de momento, tenemos la suerte) ocurren estas fechas, como estar reunidos con toda o casi toda la familia, ver a amigos/as que vienen de fuera, etc. 

No creo en Papá Noel, pero sí en la música, sí el Rock&Roll. Si hay algo que celebrar estos días, al menos que sea con buen ritmo. Que lo paséis bien, y disfrutéis lo que podáis de los momentos que tengáis especiales, aunque luego vuelva todo a la normalidad. 



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