lunes, 30 de diciembre de 2013

Querido Papa:

He leído que al nuevo Papa, Francisco, le gustaría conocer la opiníón de la comunidad. Creo que este hombre, desde que lleva en ese puesto (y probablemente también mucho antes de ser mediáticamente conocido), tiene un modo de ver las cosas más lógico, más coherente y más humano que otras posturas dentro de la Iglesia, y eso lo hace más cercano y más querido, o más odiado, según por quién.
Tengo pendiente escribir una carta, no sé muy bien dirigida a quién todavía, con algunas reflexiones y vivencias personales que me resultan incongruentes con la ética o la moral en general, y en concreto, contradicciones dentro de la propia Iglesia, por una situación que me tocó vivir en primera persona.
Mientras tanto, me gustaría simplemente recordar, en estas fechas tan señaladas por la armonía, las cenas de gala, los villancicos y el nacimiento de Jesús, que valores como la bondad y el respeto, están en vigor durante todo el año.
No me parece lógico, que en la cena de Nochebuena, por ejemplo, puedan haber sentados en la misma mesa, cargados con un mismo mensaje de amor para todos, personas de cualquier orientación sexual, de cualquier situación civil, de cualquier nacionalidad, vestidos con la ropa que sea, de edades diferentes, etc. y haya que compartir, y Dios nos quiera a todos, y todo sea tan bonito... Cuando la práctica del resto del año, por la propia Iglesia, es que juzga y critica la homosexualidad, las parejas de hecho, la apariencia física, etc. etc. 
Quizá no he encontrado unas palabras muy profundas o muy correctas para explicar lo que quiero decir, y parezca un poco difuso o confuso, pero a groso modo, esa es la idea...

Deseo, que haya menos hipocresía en esta comunidad, que de una vez por todas seamos todos iguales, y que el amor (amarás al prójimo como a tí mismo) se demuestre y sea superior a cualquier diferencia, a cualquier escritura, y a cualquier opinión.  

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