... La nostalgia me invade, a ratos...
Pienso que, aunque parezca triste, o un error, es a su vez inconsciente e incontrolable por el momento... Y es que en lugar de transformar mis sueños en realidad, hay realidades que transformo en sueños...
Realidades tan especiales que no tendrían lugar como un recuerdo de algo real, sentimientos y emociones tan extremas que no caben en una situación ordinaria, incluso a veces tan secretas, que su destino es irse a la deriva, esconderse y mantenerse alejadas por ser de nuevo inalcanzables, irrepetibles; tan increíbles, que, valga la redundancia, no serían creíbles...
Vivencias y experiencias que, aunque hayan sido reales, han sido tan maravillosas, que parecen lejanas, extraídas de otro mundo, del mundo de los sueños... Que es donde se me van quedando acumuladas...
Realidades que parecen sueños, mezcladas con sueños que aún no han sido realidad, en el mismo cajón de-sastre... hasta el punto que a veces, miro en mi pasado, y no distingo la realidad de la ficción, lo vivido de lo soñado...
Y no sé si eso, en el fondo es bueno o es malo, si he vivido parte de mis sueños, o si he soñado parte de mi vida...
Cuando mi propio desorden es lo que me confunde...
Pienso que, aunque parezca triste, o un error, es a su vez inconsciente e incontrolable por el momento... Y es que en lugar de transformar mis sueños en realidad, hay realidades que transformo en sueños...
Realidades tan especiales que no tendrían lugar como un recuerdo de algo real, sentimientos y emociones tan extremas que no caben en una situación ordinaria, incluso a veces tan secretas, que su destino es irse a la deriva, esconderse y mantenerse alejadas por ser de nuevo inalcanzables, irrepetibles; tan increíbles, que, valga la redundancia, no serían creíbles...
Vivencias y experiencias que, aunque hayan sido reales, han sido tan maravillosas, que parecen lejanas, extraídas de otro mundo, del mundo de los sueños... Que es donde se me van quedando acumuladas...
Realidades que parecen sueños, mezcladas con sueños que aún no han sido realidad, en el mismo cajón de-sastre... hasta el punto que a veces, miro en mi pasado, y no distingo la realidad de la ficción, lo vivido de lo soñado...
Y no sé si eso, en el fondo es bueno o es malo, si he vivido parte de mis sueños, o si he soñado parte de mi vida...
Cuando mi propio desorden es lo que me confunde...