Esta semana me he encontrado casualmente con varias imágenes relacionadas con la entrada que quería escribiros, sobre la reflexión que os pregunto. ¿A qué esperamos para ser felices?
A veces, de manera inconsciente, pensamos, "jo, si tuviera esta cosa... sería más feliz" (Llámese "esta cosa" un lavavajillas que nos haga la tarea de fregar más fácil, una criada que nos ayude con el trabajo de la casa, un coche nuevo, un barco, una televisión más grande, una piscina propia, un móvil más moderno, una casa en la playa, en la montaña, más dinero, un collar, algo de "marca", otro puesto de trabajo, etc.) Quizá todas estas están más ligadas a un tema económico o material, pero también nos cuestionamos sobre nuestro aspecto, sobre nuestra vida social, relaciones, etc. "Si fuese..." más alta, más bajo, más guapa, más jóven, más mayor, más lista, más delgado, etc. O incluso, "si tuviese..." pareja, hijos, otros vecinos, etc. ¿¿Y si todo eso no llegase nunca?? Entonces, ¿¿seríamos siempre infelices??
Entonces, dos cosas nos desvelan la absurded de estos pensamientos que pueden generar frustración en nosotros:
1. Si algo no nos gusta, y podemos cambiarlo, cambiémoslo. ¡Vayamos a por lo queremos en lugar de quejarnos sólamente!
2. Si no podemos cambiarlo, aprendamos a aceptar la situación como es, y disfrutar de cada momento, porque el tiempo pasa, y debemos aprovechar lo que toca en cada momento de nuestra vida, con nuestras características, aceptándonos tal y como somos, con las personas que nos rodeen en ese instante, y el lugar donde estemos.
No digo que cierta ambición no sea buena en determinados momentos, cuando quieres avanzar en algo concreto. Hablo, de ser humilde, humano, y reconocer los pequeños éxitos, las buenas compañías, los buenos momentos, y no agobiarse con esas cuestiones que se alejan de la esencia de la vida, y que si, encima no podemos cambiar, nos crearán ansiedad y seremos infelices.
Aquí tenéis unas fotos y un artículo muy interesante, relacionado con la supuesta proporcionalidad de bienes materiales y felicidad de algunas familias. Fotos de Huang Qinghung sobre las posesiones
A veces, de manera inconsciente, pensamos, "jo, si tuviera esta cosa... sería más feliz" (Llámese "esta cosa" un lavavajillas que nos haga la tarea de fregar más fácil, una criada que nos ayude con el trabajo de la casa, un coche nuevo, un barco, una televisión más grande, una piscina propia, un móvil más moderno, una casa en la playa, en la montaña, más dinero, un collar, algo de "marca", otro puesto de trabajo, etc.) Quizá todas estas están más ligadas a un tema económico o material, pero también nos cuestionamos sobre nuestro aspecto, sobre nuestra vida social, relaciones, etc. "Si fuese..." más alta, más bajo, más guapa, más jóven, más mayor, más lista, más delgado, etc. O incluso, "si tuviese..." pareja, hijos, otros vecinos, etc. ¿¿Y si todo eso no llegase nunca?? Entonces, ¿¿seríamos siempre infelices??
Entonces, dos cosas nos desvelan la absurded de estos pensamientos que pueden generar frustración en nosotros:
1. Si algo no nos gusta, y podemos cambiarlo, cambiémoslo. ¡Vayamos a por lo queremos en lugar de quejarnos sólamente!
2. Si no podemos cambiarlo, aprendamos a aceptar la situación como es, y disfrutar de cada momento, porque el tiempo pasa, y debemos aprovechar lo que toca en cada momento de nuestra vida, con nuestras características, aceptándonos tal y como somos, con las personas que nos rodeen en ese instante, y el lugar donde estemos.
No digo que cierta ambición no sea buena en determinados momentos, cuando quieres avanzar en algo concreto. Hablo, de ser humilde, humano, y reconocer los pequeños éxitos, las buenas compañías, los buenos momentos, y no agobiarse con esas cuestiones que se alejan de la esencia de la vida, y que si, encima no podemos cambiar, nos crearán ansiedad y seremos infelices.
Aquí tenéis unas fotos y un artículo muy interesante, relacionado con la supuesta proporcionalidad de bienes materiales y felicidad de algunas familias. Fotos de Huang Qinghung sobre las posesiones